Blanquiceleste precisa un producto mejor
Guste o no, Racing se rige por las pautas de una empresa. Blanquiceleste S.A. es la firma que gerencia su fútbol y el equipo es su producto. Esa situación fue la que eximió al club peor manejado en la historia del deporte argentino a no extinguirse tal cual lo indicaba toda la jurisprudencia argentina esgrimida en su contra. La sociedad argentina, en esa mezcla de vista gorda, sentimientos, tradiciones y una militancia ancestral en no cumplir nunca lo que la ley indica, hizo posible que Racing eludiera su destino.
Así se formó Blanquiceleste S.A. Que Racing sea una empresa es motivo de cargadas y de disgusto de sus hinchas. Es comprensible, pero no irreal.
Racing precisó reconvertirse para poder seguir con vida. Pasar a otra etapa institucional y deportiva puede ser su desafío.
Mientras tanto funciona como una empresa. Las empresas necesitan exhibir productos seductores y atractivos para atraer a sus consumidores.
El Racing de Merlo jugaba decididamente feo y mal. Merlo estiró lo que pudo el abuso de su relación con ese sujeto imaginario denominado "la gente" para mantenerse en el puesto hasta que se hizo echar.
Cuando los equipos juegan bien y son eficaces el rol de la gente es anecdótico. El público del fútbol adopta actitudes heroicas cuando el juego no luce ni gana. No hay hinchadas protagonistas cuando el equipo manda en un campeonato.
Racing otra vez se debate entre el rol central de "la gente" y el deambular de su equipo.
Nada que no hayamos visto antes.
Labels: fútbol argentino, reflexiones
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