El descenso permanente

Todos tenemos opiniones y pocos soluciones. La violencia en el fútbol ya no es eso. Decir fútbol es decir violencia. Entre todos lo conseguimos. Esa es otra: yo nunca soy, siempre es el otro.
No son los de Chicago, porque antes fueron los de Chaca, y antes los de Banfield y así para atrás hasta llegar a Alumni.
El fútbol es violento porque la violencia es la manera de combatir la derrota. Tenemos un fútbol en el que todos se consideran grandes, todos tienen la historia incomparable, todos tienen hitos y todos son ganadores porque sí. Porque aunque pierda, tengo que ganar. El equipo pierde, yo no. Yo no pierdo, entonces voy y golpeo. Quizás mate, quizás no, pero perder no pierdo.
Hasta el 5 de agosto no hay fútbol. Mejor, ¿Quién lo precisa?