¿QUIEN PRECISA DEL FUTBOL?

La verdad es que ya no nos acordamos para que era que queríamos al fútbol. De seguro que no era para tener un problema más, sino un problema menos. Se extrañan esas épocas en las que el fútbol era presentado como el opio de los pueblos. O una herramienta de control social para distraer a las masas. O un invento de los curas ( de ahí venía San Lorenzo, por ejemplo) para que los jovenes no caigan en política.
El fútbol tenía una finalidad. Un pro y una contra. El fútbol era algo.
Cuenten cuántas veces los periodistas deportivos dicen (decimos) la palabra locura. Pero dicha con tono de gravedad, con impronta chavofukvesca, pára que la palabra locura englobe todo lo no se puede explicar del fútbol.
"Esto es una locura".Esto no es una locura. Esto es la nada misma. El fútbol acá ya no es nada. Ni negocio, ni pasión, ni locura, ni juego, ni identidad, ni representación moral de la vida misma.
La Argentina ya no sabe para que quiere al fútbol. Saca futbolistas pero no tiene fútbol.
No muere ni vive.