Patada de Sessa con delay
El ritmo del periodismo deportivo argentino lo marca hoy la fiebre por opinar. La capacidad de emitir opinión reemplaza a la generación de ideas, inclusive, para el debate. Pereza, necesidad imperiosa de sentar postura ideológica, fervor por demostrar bondad de pensamiento, lo cierto es que las corrientes confluyen en lo mismo: una necesidad compulsiva de opinar.
La patada de Sessa en el partido de la Copa Libertadores de la semana pasada me encontró fuera del país y fuera de registro del tema. Sencillamente estaba ocupándome de otros temas.
A mi regreso noté como determinados periodistas deportivos, en su afán por diferenciarse de los malos, relativizaban la patada de Sessa como una agresión hacia un rival.
Atentos a que su ¡opinión! coincidiera con la de alguien del terreno de la maldad, prefirieron analizar como los periodistas trataban el tema, antes que ocuparse del tema en sí.
La opinión es la materia prima más barata y accesible de los medios hoy. Del periodismo deportivo también. Y a veces, cosas de la vida, nuestra opinión puede coincidir con la de alguien a quien no queremos parecernos, ni tenemos cosas en común, ni nos gustaría compartir un café y menos un trabajo.
Es preferieble decir lo que se piensa de un determinado hecho, antes que acomodar el discurso de acuerdo a lo que el otro dijo o puede decir. Denunciar a los poderosos mientras se tergiversa un hecho no es una forma de la bondad.
La patada de Sessa a Rodrigo Palacio fue artera, evidente, bestial. Su sanción es justa.
Labels: fútbol, ideas medios
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